Impecable raya en su pelo y su pantalón sobaquero y camisa bien planchada, de esta guisa nadie pensaría que este muchacho es siervo del mismísimo Satán.
Bajo uno de sus brazos lleva un libro, un estuche y un traje embolsado, bajo el otro un cabritillo al que llamo cabritillo, que será utilizado para fines oscuros.
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